Ver las caras de todos los días, sin los pasillos del cole

25/02/2020

Pues sí… te levantas un domingo tempranito, que hay que salir a tiempo para llegar a la hora, y fíjate, que no nos pesan las legañas como de costumbre, porque “¡mamá, hoy nos vamos con sigleros!”, y es que hace mucha ilusión ver las caras de todos los días en los pasillos del cole, sin los pasillos del cole.

Un corre que te corre de mochilas, bocatas, manzanas, “coge el agua”, “esa bota está mal abrochada” y “date prisa que no llegamos”, es un rato, pero ¡qué rato!… y es que no en vano somos familia numerosa, y numerosos son los minutos que nos lleva prepararnos.

Pero ya estamos en el coche, y de camino, repaso de “creo que irá Nora”, “yo creo que Rosa y Blanca”, “de mi clase no va nadie, pero no me importa, el campo es el campo”…

Hace un día increíble… en Madrid, porque llegando a Tres Cantos nos envuelve una niebla espesa que no empaña nuestras ganas.

Aparcado el coche y reunido el grupo, arrancamos la marcha. Se trata en esta ocasión de un paseo fácil, apto para todos los públicos, partiendo del puente Medieval del Manzanares, y siguiendo el curso del río, hasta llegar casi al embalse de Santillana.

Cada uno adapta la marcha a lo que más le apetece: corretear, subir por las rocas, tirar piedras al río (“yo llego más lejos!) y… ¡¡que no falte coger palos, muchos palos!! Que ya sabemos que serán bastones, espadas, flechas, varitas mágicas y mil cosas más, según lo vayamos necesitando… Y vigilando a los adultos, claro que sí… no sea que “el coche escoba” se distraiga hablando y deje atrás a algún caminante entretenido, ¡¡menudas son algunas para recordar las funciones a cada quién!!

Algunas y algunos se juntan con sus amigos y amigas, otros caminan solos o solas, pensando en sus cosas, y los más, también los mayores, aprovechan para compartir palabras o juegos con aquellos que eran “caras conocidas de los pasillos del cole” y hoy son compañeros de caminata.

Hace frío y la niebla no quiere marcharse, pero el río corre, las buenas conversaciones también, suenan risas, el aire está limpio y el entorno es precioso… y no nos hace falta más… ¡¡bastante es!!

A medio camino tomamos un tentempié, que podría ser un banquete de boda, porque hay que ver qué hambre da esto de la naturaleza, y tú, que te creías exagerada, ves desaparecer ante tus ojos manzanas, mandarinas, peras, bocadillos, frutos secos y qué bien, que la mochila ya pesa menos.

Llegando al final la niebla empieza a levantarse, y nos deja ver la muralla del embalse, que parece según unos “un castillo”, según otros “la entrada de Mordor”… y por el camino pájaros, caballos y burros, una charca que no ha querido enseñarnos sus ranas (pero lo hemos intentado), y una foto grupal que se unirá a las muchas recolectadas por SM en los últimos años.

Volvemos a los coches sin abrigo, que sin niebla aprieta Lorenzo, y haciendo planes casi maquiavélicos para ver si conseguimos que esto no se acabe aún, que “fulanito” se venga en mi coche, que tengo alzador, o que “menganito” y su familia coman en casa, que nos lo estamos pasando muy bien, y unos macarrones se hacen enseguida…

En el parking, despedidas, “hasta mañanas”, “ven que te enseño mi coche” y el corazón contento, esperando el próximo cartel de SM.

Alfonso y Laura
(papa y mama de Mario, Carla y Vera Martin Álvarez)

P.D. Podéis ver más fotos aquí.