31/08/2022

En busca del nacimiento del acueducto de Segovia

Elena nos cuenta su experiencia durante la excursión de Sigleros Montañeros hasta el azud del acueducto de Segovia.

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A esta excursión de Sigleros Montañeros hasta el azud del acueducto de Segovia nos apuntamos la semana anterior. Solo habíamos hecho antes otra ruta de Sigleros (la de los renacuajos), embarazada de más de 8 meses, y no tuve ningún problema. Facilita. Como esta. Cuatro kilómetros en tres horitas.

Nos presentamos en el punto de encuentro a la hora convenida, con ropa adecuada para el tiempo, calzado cómodo y un almuerzo estupendo para un descansito rápido en una ruta que, según la duración estimada, terminaría a las 13:30.

Desde el primer momento nos surgieron algunos inconvenientes. La ropa era adecuada para el tiempo, pero el del día anterior. De una máxima de 30ºC bajábamos a 23ºC (el caso es que ya lo había avisado María…). El termómetro marcaba 18ºC al llegar. La camiseta de tirantes abrigaba poco. Afortunadamente teníamos unas sudaderas en el coche. Las sandalias de trekking eran cómodas en seco, pero no tanto tras pisar el suelo encharcado por la lluvia del día anterior. Del almuerzo hablaré luego…

Los niños y niñas empezaron la mañana muy animados, charlando y jugando, contentos de encontrarse fuera del colegio. Muchos atravesaron hasta el final la presa del embalse de Puente Alta, que se encuentra al principio del recorrido. Y disfrutaron trepando hasta el nido de ametralladoras de la guerra civil que hay a poco más de 1 km del punto de partida.

Cruzamos una acequia haciendo equilibrios por un tronco que hacía las veces de puente. Y continuamos el camino entre pinos, robles, jaras, retamas y demás flora autóctona intentando evitar los charcos, no sin cierta dificultad. Al cabo de un tiempo, empezamos a sospechar que el camino iba a alargarse más de lo esperado.

Al acercarnos al azud, se intuía el paso de las canalizaciones por la elevación del terreno. Vimos algunos registros y ya finalmente el decantador, el azud y la captación. ¡Por fin habíamos llegado! Aunque todo ha sido reconstruido, es inevitable sorprenderse por el ingenio de los romanos, que fueron capaces de transportar el agua desde allí hasta la ciudad de Segovia, que se encuentra a más de 12 km.

A continuación, el bosque se abría un poco junto al curso del río. El entorno era precioso y las nubes dejaron paso al sol. Unos árboles caídos nos sirvieron de bancos para descansar y comer el bocadillo. Pero nosotros casi habíamos agotado nuestras provisiones. Para una breve ruta mañanera solo habíamos previsto un par de manzanas y unas tortitas de arroz. Y la mayoría nos lo habíamos comido por el camino. Pero, finalmente, también comimos bocadillo, ya que otras familias compartieron el suyo con nosotros… Y fruta para el bebé. Es increíble la solidaridad de las comunidades sigleras. Infinitas gracias de nuevo.

Los niños jugaban en la orilla del río, tirando palos y piedras. Algunos se atrevieron a mojar los pies en las frías aguas. Los mayores charlábamos sobre los niños, el trabajo, el ocio, la ruta… Así nuestras sospechas se confirmaban: no se trataba de una ruta circular de 4 km, había un error en el cartel. Solo a la ida habíamos andado unos 4,5 km. A la vuelta desharíamos lo andado por el mismo camino.

Tras el almuerzo, regresamos caminando a paso ligero. A pesar de tratarse del mismo recorrido, el paisaje se veía diferente bajo el sol (más bonito). El grupo se fue fragmentando: por delante, los habituados a largas caminatas; por detrás, los más novatos como nosotros, agotados del largo trecho andado, haciendo breves paradas cada poco tiempo aprovechando las sombras. Los niños preguntaban cada poco cuánto faltaba. Nosotros no lo preguntábamos, pero lo consultábamos en Google Maps.

Finalmente, tras 5 horas y media de aventura, nos dábamos un merecido descanso compartiendo unas bebidas en la terraza del mesón donde nos habíamos citado por la mañana.

Lo cierto es que tenemos que agradecer el error. De haber sabido que no era una ruta circular de solo 4 km, no nos habríamos apuntado y nos habríamos perdido un estupendo día con magnífica compañía en la naturaleza. Estamos deseando volver a repetir.

No quiero terminar sin dar las gracias una vez más a los organizadores y a todas las familias asistentes. ¡Nos vemos en la próxima ruta o en los alrededores del cole!

Elena
Madre de Óliver

(Podéis ver más fotos aquí)

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