Reforestar es un súper poder

Tres veces la Comunidad Siglera ha inyectado oxígeno al planeta. La primera en noviembre de 2019 en Arroyomolinos, la segunda en enero de 2021 en Pozuelo y esta última en Ciudad Jardín en el distrito de Aluche en enero de 2022.

El domingo 23 de enero pasado me fui a un sitio andando para plantar árboles.

La primera de la mano de ARBA con la organización Sigler@s Montañer@s en el gran reto de la bellota; las dos últimas a través de Fernando Saura de Territorios vivos a iniciativa de Madres por el Clima y con la colaboración de Sigleros Montañer@s.

Me lo pase muy bien y fuimos con mis primos Rodro y Mario, mis tíos Maca y Patrick y mi hermano Juan Cárdenas y yo.

La organización natural de esta reforestaciones es organizar pequeños grupos que con un pequeño material puedan trabajar de forma autónoma en un determinado espacio o lugar. La pandemia nos ha traído los grupos familiares o unidades de convivencia y estos conforman los grupos de trabajo. Una azada, unos guantes y un puñado de bellotas

Me gustó mucho plantar los arboles y lo hice con mi tío.

Una de las virtudes de las actividades de la Asociación Convive a las que pertenece Sigler@s Montañer@s y Madres por el Clima es la de acoger en sus actividades a todo el que quiera disfrutarlas. Así vienen familiares, vecinos, amigos e incluso desconocidos, porque estar abierto al medio nos hace grandes.

Mi hermano y mis primos cavan los agujeros.

Para mí fue una auténtica delicia compartir la jornada de reforestación con mi familia. Es una actividad que mis hijos adolescentes todavía aprecian y un buen espacio para compartirla con mis sobrinos.

Mi tía ayudaba a hacer todo.

Para mí fue muy especial formar equipo con Anita, mi sobrina. Mientras Rodro, Mario y mi sobrino Juan, testosterónicos adolescentes cavaban la tierra como poderosos titanes. Anita y yo realizábamos las labores de sembrado, poner 3 bellotas, espolvorear tierra encima, protegerla con los plantones y afianzarlos compactando tierra en su perímetro con la valiosa pisada número 35 del pie de Anita. Rodeamos el protector con los trozos de hierba que hemos arrancado y el Alcorque con las piedras y tierra sobrante, para conservar la humedad y la poca agua que caiga del cielo

Me encantó la excursión.

250 semillas futuros arbolitos están plantados en el curso alto del Arroyo de Meaques a la altura de Kinépolis, una pequeña contribución al oxígeno del planeta. Volvimos realizando un pequeño paseo, no sin señalizar en el GPS el lugar de nuestra aportación medioambiental al planeta. Queremos volver en primavera para ver los primeros brotes de nuestra acción. Porque cada pequeño gesto hace de nuestro mundo un lugar mejor para todos y todas.

Ana Cárdenas Amores (9 años Colegio Príncipe de Asturias. Pozuelo)
Patrick Narbona Vargas (49 años. Presidente Asociación Convive Siglo XXI. Madrid)