Higos, moras y un castillo de piedra

30/09/2019

Cuando nos bajamos del coche ya sólo el olor, me hizo sentir que el fin de semana prometía. Lejos de Madrid, con espectaculares vistas al valle del Tietar y la sierra de Gredos al fondo, entre robles, bellotas y un cielo que amenazaba lluvia, empezaba mi primer albergue siglero: Albergue El Chortalillo, en Navamorcuende, Toledo.

Nos repartimos las habitaciones, nos organizamos para ir, y nos dispusimos a disfrutar de las pistas de voleibol, fútbol, baloncesto, el rocodrómo, la pista de bicicross, y la variedad de árboles que nos rodeaban: álamos, pinos, castaños, higueras…

Había espacio para todos. Mayores y pequeños, disputamos juntos un partido de voleibol, entusiasmados bajo la lluvia descubrimos el frisbee golf, las moreras llamaban nuestra atención a cada paso, y en más de una ocasión alzamos los brazos para coger higos.

No teníamos muy claro que el tiempo nos fuera a permitir la excursión planeada, pero afortunadamente en la mañana del domingo, a un amanecer nublado le siguieron unas nubes que despejaban cada vez más el cielo, y acompañados por el sol, hicimos la ruta al monte Venus en la Sierra de San Vicente: espectacular.

La primera cuesta transcurre a lo largo de un pinar, y superada esta pequeña dificultad, era inevitable no echar la vista atrás para disfrutar la belleza del paisaje de la sierra de Gredos. En el Pico de San Vicente, disfrutamos de las ruinas del Castillo del mismo nombre, con precaución de que los más peques no se subieran a las piedras ya que descansan una sobre otra pero no están selladas.

Cruzando un pequeño valle, rodeado de grandes piedras, hemos llegado y ya sólo nos queda disfrutar del paisaje, observar el vuelo de las águilas, o de algún buitre, comernos el bocadillo y saber que la cuesta que hemos subido será nuestra aliada en la bajada.

No faltaron veladas nocturnas, con chistes, canciones, algún que otro bailecillo y por supuesto, un chupachups.

¡¡Hasta la próxima, Sigleros!!

María Miguel

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